King Charles III, de Mike Bartlett, escrito en pentámetro yámbico, se representó en el West End y en Broadway, que además fue grabado para la BBC con el elenco original.
Turn to Flesh Productions, una compañía teatral de Nueva York fundada por una especialista en drama en verso, Emily C. A. Snyder, desarrolla directamente nuevas obras en verso con dramaturgos vivos, con la misión de crear papeles vibrantes para mujeres y quienes no están representados en el arte clásico.
La investigadora transnacional Kasia Lech demostró que las prácticas contemporáneas buscan el verso para probar los límites del drama en verso y sus tradiciones en el teatro occidental, incluido el teatro en inglés, pero también polaco, español y ruso.
Lech sostiene que el verso es particularmente relevante para la práctica teatral contemporánea porque la relación dialógica entre sus niveles rítmicos y léxicos habla sobre la naturaleza plural del mundo globalizado.
La tradición del verso dramático se remonta, al menos, a la antigua Grecia.
El Renacimiento inglés vio la cima del verso dramático en el mundo angloparlante, con dramaturgos como Ben Jonson, Christopher Marlowe y William Shakespeare desarrollando nuevas técnicas, tanto para la estructura dramática como para la forma poética.
El verso dramático comenzó a perder popularidad en el siglo XIX, cuando los estilos prosaico y conversacional de dramaturgos como Henrik Ibsen llegaron a prevalecer, y George Bernard Shaw los adaptó al inglés.
Durante la primera ola de la pandemia covid-19, artistas del teatro polaco experimentaron con verso para recrear el sentido de vitalidad, la presencia y la inmediatez mientras los teatros estaban cerrados debido al confinamiento.