Los campos estaban vigilados por la policía política croata y el personal de la milicia Ustaša.
En el sur, en dirección al cerro Prosara, había búnkeres y trincheras con fuertes fuerzas Ustaša.
[3] Una plataforma en el río Sava sirvió como una conexión permanente entre el Campo III - Ciglana y Donja Gradina.
Desde entonces hasta el último día del campo de concentración, se llevaron a cabo ejecuciones masivas en la aldea.
En poco tiempo tuvieron que buscar las fosas comunes, sacar los cadáveres y quemarlos.