Donación de órganos

La autonomía del paciente, el testamento vital y la curaduría hacen casi imposible que tenga lugar una donación de órganos involuntaria.

El debate sobre la definición de vida, muerte, humano y cuerpo está en curso.

En muchos casos, aquellos que necesitan órganos son puestos en listas de espera para recibir órganos "legales" por períodos indeterminados de tiempos y muchos mueren esperando su turno.

En consecuencia, ha surgido un mercado negro a menudo referido como "turismo de trasplantes."

Muchos sugieren que esto resulta en una creciente desigualdad de estatus entre los ricos y los pobres.

[2]​ Estos estudios se centraron solo en personas que vendieron un riñón en países donde la venta de órganos ya es legal.

Son los órganos, tejidos, células y en general todas las partes que constituyen el cuerpo humano.

Esto sólo es posible por la voluntad de aquellos que dan su consentimiento para la donación; es decir, donantes.

Riñón, hígado, corazón, páncreas, pulmón son los órganos más trasplantados, pero también se está trasplantado otros tipos de tejidos como son: córneas, huesos y piel (La piel no se trasplanta, se dona para usarse como vendaje en pacientes quemados), son los tejidos más comunes que se trasplantan en el mundo y, en cuanto a células, las hematopoyéticas (médula ósea).

Básicamente todos pueden ser donantes, siempre y cuando sean mayores de edad, en Argentina 18 años (los menores precisan de autorización) pero serán los médicos los que determinarán si uno puede o no ser donante o si existe alguna contraindicación para la donación.

Al inflamarse dentro del cráneo el cerebro no puede expandirse, aumenta la presión y el paciente fallece.

En general, los donantes vivos deberán estar relacionados genética, legal o emocionalmente con los receptores.

Deberá prohibirse toda publicidad sobre la necesidad o la disponibilidad de células, tejidos u órganos cuyo fin sea ofrecer un pago a individuos por sus células, tejidos u órganos, o a un pariente cercano en caso de que la persona haya fallecido, o bien recabar un pago por ellos.

Los médicos y demás profesionales de la salud no deberán participar en procedimientos de trasplante, ni los aseguradores sanitarios u otras entidades pagadoras deberán cubrir esos procedimientos, si las células, tejidos u órganos en cuestión se han obtenido mediante explotación o coacción del donante o del familiar más cercano de un donante fallecido, o bien si estos han recibido una remuneración.

Las reglas de asignación, definidas por comités debidamente constituidos, deberán ser equitativas, justificadas externamente y transparentes.

Comentario: Los beneficios para ambos tienen que compensar con creces los riesgos derivados de la donación y el trasplante.

Comentario: La transparencia puede definirse en pocas palabras como el mantenimiento del acceso público a información global, actualizada periódicamente, sobre los procesos, y en particular la asignación, las actividades de trasplante y los resultados conseguidos tanto en el caso de los receptores como de los donantes vivos, así como a información sobre la organización, los presupuestos y la financiación.

Trasplantes, en la Pandemia de COVID-19