Divino afflante Spiritu inauguró el período moderno de los estudios bíblicos católicos al fomentar el estudio de la crítica textual (o baja crítica), relativa al texto de las propias Escrituras y su transmisión (por ejemplo, para determinar las lecturas correctas) y permitió el uso del método histórico-crítico (o crítica superior), para informarse mediante la teología, la Sagrada Tradición y la historia eclesiástica sobre las circunstancias históricas del texto, formulando hipótesis sobre cuestiones como la autoría, la datación y asuntos similares.
[1] El eminente biblista católico Raymond E. Brown lo describió como una "Carta Magna para el progreso bíblico".
Con Providentissimus Deus, el papa León dio la primera autorización formal para el uso de métodos críticos en la erudición bíblica.
Anteriormente, las traducciones católicas de la Biblia a las lenguas modernas solían basarse en la Vulgata latina, el texto utilizado en la Liturgia.
Las traducciones católicas más recientes de la Biblia se han basado directamente en los textos encontrados en manuscritos en las lenguas originales, teniendo en cuenta también las traducciones antiguas que a veces aclaran lo que parecen errores de transcripción en esos manuscritos.