Las personas del colectivo LGBT+ en Haití se enfrentan a ciertos desafíos legales y sociales no experimentados por otros residentes.
La mayoría de los haitianos tienen fuertes lazos con una religión o denominación que ve negativamente la homosexualidad y el travestismo.
Si bien el gobierno de Haití ha permitido que exista un movimiento por los derechos LGBT, el apoyo público es casi inexistente.
La principal excepción social es el vudú que, como práctica y creencia espiritual, posee poca discriminación contra las personas LGBT.
En su mayor parte, la vida social de las personas LGBT en Haití sigue siendo bastante discreta y, al igual que el resto del país, está dividida por clase económica.
La película examina la vida de varios hombres haitianos abiertamente homosexuales y la discriminación que enfrentan.