[1] Barcelona es una ciudad históricamente ligada al diseño, con instituciones centenarias como el Fomento de las Artes Decorativas.
El centro quiere convertirse en un punto de encuentro o núcleo de una red formada por personas e instituciones vinculadas al mundo del diseño que compartirán información relevante relacionada con el sector.
La alfombra verde es uno de los componentes primordiales, con elementos naturales o artificiales que garanticen la sostenibilidad y el fácil mantenimiento.
Estos pórticos, que en los puntos máximos vuelan hasta 35 metros, están formados por cerchas metálicas.
Estas cerchas se unen a los muros mediante unas complejas placas de anclaje y un sistema de cables postesados que recorren todo el muro atravesando el edificio hasta los anclajes del voladizo opuesto.
La parte conservada más antigua son una torre y dos techos artesonados, que datan de finales del siglo XIII.
Pedro-Bernat Codina lo adquirió a Joanot de Marimon el 1538, quien los conservarían hasta el siglo XVIII.
Fue entonces cuando un linaje matrimonial con la familia Mora, investida posteriormente como Marqueses de Lyon, daría nombre al Palacio.
La finca fue adquirida en 1862 por el conde Eusebio Güell, junto con la vecina Can Cuiàs de la Riera.
La apertura de este espacio como piso-museo es un reconocimiento al trabajo de Josep Lluís Sert, Josep Torres Clavé y Joan Baptista Subirana y la innovación que supusieron sus planteamientos los años 30.
Se encuentra situado en el bloque 2, planta 1, puerta 11, del conjunto arquitectónico de la Casa Bloc.
[9] Es la exposición permanente del Museo de las Artes Decorativas, presentada mediante un recorrido cronológico dividido en dos partes.
Se pueden ver cajas de novia, camas, sillas, tocadores, vajillas, abanicos o relojes, entre otros.
Cuando el Museo de las Artes Decorativas abrió sus puertas en 1932, los dormitorios reales fueron integrados en el recorrido expositivo, una vez caída la monarquía alfonsina.
A pesar de varios cambio de régimen políticos sufridos a lo largo del siglo XX (monarquía, república, guerra civil, dictadura, monarquía), las estancias aún conservan su impronta original, dejada por los aristócratas barceloneses que decoraron a su gusto estos espacios, y que sufragaron con sus propios recursos el coste de este mobiliario.