Esta terminología o léxico utilizado en una lengua especializada se denomina tecnolecto, del alemán Technolekt.
[4] La didáctica del EFE es bastante reciente, pues, por ejemplo, la Asociación Europea de Lenguas para Fines Específicos es creada en 1992.
[nota 1] La didáctica de una lengua especializada, según Enrique Alcaraz, requiere dos líneas metodológicas fundamentales: 1) léxico-semántica y 2) pragmática.
La redacción técnica exige, en consecuencia, partir de una superestructura (géneros discursivos) para construir una macroestructura (esquema organizativo, jerarquía semántica) que se concrete en una microestructura (tejido interoracional).
Los géneros discursivos, según Alcaraz, se definen como tales en virtud de que un conjunto de textos compartan:[5] a) una misma función comunicativa (referencial, conativa o metalingüística), b) una macroestructura similar (jerarquía semántica), c) un modo de organización del discurso similar (descripción, narración, exposición), d) un nivel léxico-sintáctico similar (tecnicismos, sintagmas nominales, modo indicativo) y e) unas condiciones sociopragmáticas comunes (lenguaje en uso en contextos científico-técnicos).
Alcaraz recomienda que si un contenido va a ocupar más de ocho renglones, se lo divida en varios párrafos con micromarcadores (conectores secuenciales).
Por otra parte, Alcaraz hace alusión al rasgo pragmático de la cortesía académica, evidenciada no solo en las referencias a otras fuentes, sino en la claridad expositiva.
Para ello, su foco contextual está centrado en la relación entre los conceptos y la reacción de los interlocutores( Werlich, citado por Sanz).
Las premisas son el fundamento teórico de la tesis inicial, tal como se lo concibe en cuanto que verdadero.
[9] La retórica y la dialéctica desarrollaron una sofisticada taxonomía argumental, que hoy se sigue utilizando.