Dionisio Cartujano

Sus escritos llenan 45 tomos en cuarto, lo que dio lugar al dicho "Qui Dionysius legit, nihil non legit" ("Quien ha leído a Dionisio, no hay nada que no haya leído") entre los teólogos del siglo XVI.

Recibió las primeras letras en Sint-Truiden, y en 1415 lo enviaron a Zwolle (Overijssel), cuya escuela gozaba en aquel tiempo de reputación y atraía a estudiantes de todo el Sacro Imperio Romano.

Para refutar al islam escribió el tratado Contra perfidiam Mahometi, a requerimiento del Cardenal Nicolás de Cusa.

Este último había sido nombrado legado papal por Nicolás V con objeto de reformar la Iglesia alemana y predicar la Cruzada contra los turcos.

El duque Arnoldo de Güeldres acudió a Dionisio en la lucha con su hijo Adolfo, pero finalmente éste depuso al padre.

Un hermano le preguntó en una ocasión si le aparecían con frecuencia los espíritus de los difuntos, a lo que respondió “¡Oh!, cientos y miles de veces” (entre ellos, su propio padre, al que ayudó a liberarse del Purgatorio).

Dionisio el Cartujo llevó una vida de extremado ascetismo, lo que fue posible gracias a una constitución muy fuerte.

Recitaba diariamente casi todo el salterio, declarando que “por lo menos la mitad es necesaria”.

Después de los maitines, cuando los demás monjes volvían al reposo, él permanecía despierto.

Sin náusea, e incluso con preferencia, ingería alimentos echados a perder (por ejemplo, manteca con gusanos, cerezas roídas de larvas o arenques podridos) ya que consideraba que no tenían "ningún veneno mortal" y podían "comerse tranquilamente".

Vicente Carducho : Visión de Dionisio el Cartujano . Monasterio del Paular .