Durante la desmembración de Yugoslavia, la moneda sufrió una fortísima devaluación, al igual que su economía.
El dinar desapareció brevemente con la ocupación de Yugoslavia (1941-45) durante la Segunda Guerra Mundial, pues fue sustituido por otras monedas foráneas, como el Reichsmark alemán, la lira italiana o el lev búlgaro.
Con la derrota y retirada alemana, en 1944-1945 se reinstauró la circulación del dinar yugoslavo.
Esta hiperinflación causó cinco revalorizaciones entre 1990 y 1994; en total, llegaron a existir ocho tipos distintos de dinar.
La desaparición de Yugoslavia implicó también el final del dinar y su sustitución por otras monedas en cada república independizada.