Sin embargo, las ideas y las propuestas de los diggers tuvieron un escaso impacto en la sociedad inglesa.
El movimiento lo inició Gerrard Winstanley cuando en 1649 ocupó unas tierras incultas en Surrey y comenzó a trabajarlas junto con otros compañeros.
Un año antes Winstanley había denunciado en El Paraíso de los fieles la propiedad privada y su consecuencia inmediata: la desigualdad.
Inspirada en la Utopía de Tomás Moro proponía un nuevo sistema económico para Inglaterra en el que convivirían un sector privado y otro colectivo, bajo el control del Estado, y en el que cada persona aportaría el producto de su trabajo a unos almacenes generales y de ellos sacaría lo que necesitara, siguiendo el principio «A cada uno según sus necesidades».
[cita requerida] En los años 1960 su concepción comunal y espiritual, y su organización en comunas agrarias influyó en la corriente más espiritualista del movimiento Hippie, al darse en este una revisión de los movimientos que instigaban una vuelta al cristianismo primitivo.