Su principal líder fue un teniente coronel en el ejército parlamentario, John Lilburne, que gracias a sus escritos y publicación de folletos consiguió un gran apoyo de miembros del ejército y el pueblo.
Otros líderes fueron Richard Overton, William Walwyn, John Wildman y Edward Sexby.
Sin embargo, el ejército no era tan radical como ellos, por lo que los altos mandos brindaron su apoyo al parlamento y marcharon a Londres para demostrarlo.
Dicha publicación pasó a llamarse “Acuerdo del pueblo”, sin embargo, estas ideas no entraron en el parlamento.
Este debate tuvo lugar entre Henry Ireton, que habló en nombre del parlamento y el elemento no radical del ejército, y los “agitadores”, que hablaron de los Levellers.
Sostenían que «por derecho natural, desde el nacimiento, todos los hombres están igualmente vinculados con la propiedad, la libertad y la independencia».
Era la primera formulación en la historia de una alternativa liberal y democrática frente a la monarquía.
Algunos miembros, como William Walwyn, defendían la separación entre Estado e Iglesia con el objetivo de proteger al individuo.
Los Leveller se opusieron de forma férrea a la multitud de impuestos que cobraba el Estado que iba destinado al mantenimiento del sistema cortesano, el clero y los grandes propietarios.
Su objetivo de lograr la igualdad social implicaba una auténtica revolución, lo cual amenazaba no sólo a la monarquía sino también al Parlamento y demás dirigentes políticos y militares de la Revolución Inglesa.