Diego Ramírez de Ávalos de la Piscina

Esta crónica tuvo una larga difusión, como consta por el importante número de ejemplares conservados.

Las incoherencias entre estas fuentes condujeron a muchos errores de cronología en el texto.

En esta crónica se da por primera vez el apodo «el Malo» al rey Carlos II de Navarra,[10]​[11]​ como consecuencia, según su autor, de su gestión del reino, pero también alberga cierto resentimiento ya que Diego Ramírez estimaba que sus antepasados habían sido maltratados por dicho rey.

[12]​ Dicho apodo fue recogido y transmitido por otros historiadores como Esteban de Garibay y, a través suya, rápidamente adoptado por la historiografía francesa en una época donde las relaciones internacionales francoespañolas atravesaban por momentos críticos.

Diego Ramírez de Ávalos de la Piscina fue muy conocido en los círculos eruditos en los siglos xvi y xvii, elogiado por Nicolás Antonio en su Bibliotheca Hispana Nova.