El Telégrafo

El naciente Diario adoptó ese nombre en homenaje al servicio telegráfico que se instaló en Ecuador, en 1884, con lo cual el país establecía una comunicación eficaz con el mundo.[3]​ En su destierro, Murillo descubrió que la Bandera de Ecuador había sido utilizada en una transacción entre Chile y Japón en 1895.La Bandera de Ecuador fue utilizada por la fragata chilena Esmeraldas que debía cruzar el océano Pacífico y sería entregada a Japón que la utilizaría en su guerra contra China.[3]​ En 1898, todas las acciones de El Telégrafo son adquiridas por el ambateño José Abel Castillo.Así, el Diario se convierte en el principal matutino del Ecuador por varias décadas.El Telégrafo es el único diario del país en levantar su protesta y llenar sus páginas con denuncias en contra el régimen de esa era.Así, decide salir del país y radica en Alemania por varios años.José Abel Castillo regresa al país en 1927 y retoma la dirección del diario, siempre con la colaboración de sus hijos.En El Telégrafo se dio acogida a renombrados periodistas y escritores del país como Manuel J. Calle, Medardo Ángel Silva, José H. Simmonds, Juan Emilio Murillo, Javier Maldonado.Durante la dirección de Rubén Montoya el periódico adquirió un carácter marcadamente local.
Antiguo Edificio de Diario El Telégrafo en el Centro de Guayaquil.