En él se recogen las vivencias de su autor exclusivamente en ese año.
En cada año aparecen todos los meses, aunque hay algunos saltos -días en que no escribe nada.
[2] Más adelante, recordará esta etapa marítima como algo negativo.
En efecto, en una entrevista a Marino Gómez-Santos Ruano confesaba al periodista amigo: “Sitges fue para mí un error enorme.
Y también un joven pintor amigo de Ruano, Manuel Viola, que regresa a España desde París.
En su casa-palacio —y también en el café Colón, donde escribía asiduamente y participaba en animadas tertulias literarias— recibió a personalidades de la talla de Rafael de Penagos, Bartolomé Soler, Juan Ramón Masoliver, Fernando Díaz-Plaja, Alfredo Marqueríe, Dámaso Alonso, Eugenio Montes o Gregorio Marañón, entre otros.
Aparece la ciudad de Madrid, sujeta a continuas restricciones y carencias.