Valencia estableció las primeras cuatro parroquias del vicariato apostólico e impulsó el desarrollo de la educación fundando los principales colegios de la ciudad, además llevó las primeras comunidades religiosas y realizó una gran labor social.
El 30 de noviembre de 1996 el vicariato apostólico fue elevado a diócesis mediante la bula Ministerium apostolicum del papa Juan Pablo II.
[2] En esa misma fecha fue nombrado Rigoberto Corredor Bermúdez como obispo diocesano y tomó posesión el 15 de febrero de 1997.
Hacia el 2017 las organizaciones sociales lideraron el paro de Buenaventura.
Ese año fue nombrado obispo, Rubén Darío Jaramillo Montoya.