[1] En dichos textos jurídicos se explicitaba la homosexualidad como delito y como «pecado nefando».[2] Así mismo, se reprimía las conductas homosexuales siguiendo la costumbre implantada por la Santa Inquisición.[3] Con el advenimiento de la Confederación Peruano-Boliviana, el general Santa Cruz impuso el código penal boliviano a la nueva nación unificada, pero tras su disolución en 1839, el país volvió a quedar sin un código penal único.El Congreso hizo esfuerzos por legislar en este sentido y nombró comisiones para la redacción del cuerpo normativo.No fue hasta 1924 que se aprobó un nuevo Código Penal, durante el Oncenio de Leguía.