Este desierto es una árida meseta formada por materiales del Cenozoico, con escasa vegetación, que comprende varias lagunas intermitentes.
La aridez del clima y los suelos improductivos limitan el asentamiento de la población, excepto en los oasis que constituyen las desembocaduras de los ríos Piura, al norte, y Chancay-Lambayeque, al sur; en estas áreas es posible la agricultura.
Estos trabajos permitieron el registro de varios sitios domésticos, funerarios, ceremoniales, basurales y conchales.
Milla (1989), menciona que, en la quebrada Nunura, existe evidencia arqueológica dispuestos en varios puntos, en una formación rocosa a orillas del mar hay un cementerio saqueado, en las quebradas menores hay cavidades que fueron usadas para entierros, en el lado sur existen estructuras precerámicas de piedra.
Los datos registrados por Goepfert y Gutiérrez (2018), muestran que Huaca Amarilla hubo dos fases principales de ocupación, que corresponden a los estilos cerámicos paleteados, Lambayeque y Chimú - Inca.
La presencia Lambayeque está confirmado por el descubrimiento del importante contexto ritual en el sector 2.
También se encontró fragmentos Mochica y Lambayeque, lo que no es sorprendente si uno toma en cuenta la proximidad geográfica de esta sociedad.
Para que puedan comprender su función, los investigadores han dividido este sitio arqueológico en tres sectores (1,2 y 3), con el objetivo de entender su temporalidad, las actividades que se desarrollan y las relaciones entre ellas.