Demonolatría

[2]​ Aunque tradicionalmente se ha empleado el término para referirse específicamente a la adoración del concepto de demonio en el cristianismo (encarnación del mal), algunos argumentan el empleo del término demon como raíz, con lo que la demonolatría sería, en ese contexto, la adoración y culto a entidades sobrenaturales, no necesariamente malignas.

La demonolatría no debe ser confundida con la demonología, el estudio y categorización de demonios, realizado tradicionalmente por monjes cristianos; aquellos que estudian al demonio no necesariamente le profesan culto o siquiera respeto.

Por regla general, los grupos demonólatras adoran a uno o más demonios o archidemonios, distintos de Satanás; su adoración, aunque técnicamente etiquetable como demonolatría, recibe el nombre más específico de satanismo.

Según esa concepción, cada persona, animal, planta, cualquier ser que exista en la naturaleza es también una parte de ese todo.

Se suele confundir con demonolatría la magia ceremonial que emplea evocación, pero sus practicantes no necesariamente adoran demonios, sino que más bien pretenden controlarlos y dominarlos, con el fin de forzarles a cumplir la voluntad del invocante, usando métodos como el Ars Goetia.