Sucedió a su hermano León III, que murió sin heredero masculino.
Un partido de nobles se reunió y apeló a su hermano más joven Teodosio, que vivía en el exilio en Bizancio, para afirmar sus derechos al trono.
Demetrio III logró convencer a Teodosio para organizar una reconciliación, que aceptó regresar a Abjasa con garantías confirmadas bajo juramento ante el Catolicós y el clero.
El gobierno central era aún poderoso como para controlar el separatismo, pero no tanto como para hacer frente a la crisis estructural.
No obstante, Demetrio también muere sin descendencia, y Teodosio III el Ciego (c.975-978) se convierte en el único heredero al trono de Abjasia.