La deskulakización (en ruso раскулачивание, transliterado como raskuláchivanie) fue la campaña soviética de represión política contra los campesinos "más ricos" o kuláks (aquellos que poseían más de 3 hectáreas de terreno) y sus familias, la cual, entre sus arrestos, deportaciones y ejecuciones, terminó afectando muy gravemente a millones de personas en el período 1929-1932.
Los campesinos "más ricos" ya habían sido marcados como “enemigos de clase” por el gobierno de Iósif Stalin.
[1][2][3] El objetivo de la campaña era combatir la contrarrevolución y construir el socialismo no solo en las ciudades, sino también en las áreas rurales.
Esta política estaba asimismo sincronizada con la colectivización, y efectivamente terminaría poniendo a la agricultura en general y a los campesinos en particular bajo el control del Estado Soviético.
[4] Todos los kuláks eran oficialmente divididos en tres categorías: Un lugarteniente de Stalin, el jefe del OGPU, Yefim Yevdokímov (ru:) (1891-1940) organizaba y supervisaba las redadas y las ejecuciones masivas de los odiados campesinos kuláks.