Deforestación en Brasil

Los cambios climáticos también deben haber provocado importantes reajustes en la composición forestal de amplias regiones, pero el conocimiento del proceso en épocas tan anteriores es muy incompleto.

Algunos biomas tuvieron reducciones muy importantes, especialmente la Mata Atlántica, una de las florestas más ricas en biodiversidad del mundo, de la cual hoy resta menos del 13%, y en estado altamente fragmentario, lo que acentúa su fragilidad.

Sin embargo, continúa siendo líder mundial, seguido por la Indonesia y de Australia,[17]​[18]​ y en 2013 el ritmo de la devastación volvió a crecer rápidamente,  perdiéndose los avances conquistados en la década pasada en el control del problema.

[19]​[20]​[21]​ Ciertas áreas como la Selva Tropical del Atlántico se han reducido a solo el 7% de su tamaño original.

Está íntimamente conectado a otros daños ecosistémicos, como la polución, la invasión de especies exóticas y el calentamiento global, reacciona con ellos y esa integración los refuerza mutuamente, generando efectos negativos mayores del que prouce la simple suma de sus componentes, efectos que son muchas veces irreversibles.

Uno de los primeros recursos naturales del país que exploraron fue el palo-brasil, árbol cuya madera produce un colorante rojo muy apreciado en aquel entonces.

El país iniciaba su industrialización, la población aumentaba exigiendo nuevas áreas y más recursos naturales para consumo y varias regiones recibieron grandes aportes de inmigrantes en el objetivo de colonizarlas, abriendo espacios en tierras vírgenes.

También fueron abiertas grandes plantaciones de café y algodón, y la caña de azúcar, que ya había provocado grandes estragos en los bosques del nordeste durante el periodo colonial, continuó siendo cultivada en gran escala.

[1]​ En los dos primeros tercios del siglo XX el ritmo de deforestación se intensificó aún más en casi todas las regiones.

Tras la pionera Unión Protectora de la Naturaleza, creada en 1965 en San Leopoldo, que tuvo corta existencia y actuación limitada, en 1971 fue fundada en Porto Alegre la ONG ambientalista Agapan, hasta hoy en actividad, y cuyo dinámico ejemplo se vería multiplicado en todo el Brasil.

Entre los líderes de esta reacción popular estaban José Lutzenberger y Augusto Ruschi.

Aunque en esa época hubiera una pesada censura política y represión a los movimientos populares, la prensa apoyó la movilización ecológica y el gobierno respondió a ella de forma tolerante, también porque hubo cierta presión internacional en este sentido.

[37]​ En 2013, sin embargo, esa tendencia positiva se disolvió, y la deforestación volvió a crecer rápido.

En este sentido, el plan general del gobierno para el desarrollo de la nación es considerado contradictorio, estableciendo programas en otras áreas que son incompatibles con su propio programa ambiental por aumentar directa o indirectamente los daños a los bosques, a otros ecosistemas y a la biodiversidad, o por presentar soluciones improvisadas, inmediatistas o retrógradas, muchas veces en megaproyectos que se tornan pozos sin fondo de recursos públicos, con escaso retorno o incluso daño  para las poblaciones directamente afectadas.

Los trópicos son las regiones más afectadas, y el Brasil está en la delantera de la devastación.

Sin embargo, para un ciudadano de Río de Janeiro, por ejemplo, pensar que la deforestación en los confines del Pará no afecta a su vida es un error, pues ya fue demostrado que los efectos indirectos recaen sobre todos los brasileños y repercuten hasta globalmente.

A pesar de las incertidumbres sobre los costes finales que aún circulan en la prensa, ya se formó un gran consenso entre los mayores especialistas de que los perjuicios serán inevitablemente elevados y tendrán múltiples efectos secundarios.

Otros costes sociales se expresan en violencia contra la vida y el patrimonio.

Entre 1970 y 1993 se calcula que en 431 haciendas estudiadas cerca de 85 mil personas fueron esclavizadas en actividades directa o indirectamente conectadas a la deforestación.

La Procuradora regional de la República en São Paulo, Maria Luiza Grabner, afirmó en 2012 que el país no cumple las determinaciones de la Organización Internacional del Trabajo, que exigen la consulta previa a los pueblos indígenas cuando el gobierno pretender implementar proyectos en sus tierras.

El Millennium Ecosystem Assessment declaró que los pueblos indígenas pueden ser tan efectivos para la preservación de los bosques cuanto su transformación en reservas ecológicas convencionales.

Los otros biomas también deben sufrir efectos del calentamiento, perdiendo área y especies.

Hay, sin embargo, concreciones que necesitan ser hechas en los datos suministrados por el Inpe.

Sin embargo, existe suficiente incertidumbre sistémica para que (los próximos años) nuevos acontecimientos mundiales y transformaciones en la cultura política y en el peso relativo de los sectores sociales en la sociedad brasileña, puedan llevar a una redefinición".

La degradación de las florestas también aumentó dramáticamente, con más del 1.000% en relación con el periodo anterior.

Sin embargo, son tierras relativamente pobres que exigen altas inversiones y tecnología para dar producción.

Del Cerrado dependen el Pantanal matogrosense y varios otros sistemas forestales, además de incontables comunidades, pues allá están nacientes que alimentan las tres mayores cuencas hidrográficas de Sudamérica: Amazónica/Tocantins, San Francisco y Plata.

La Mata Atlántica cubría originalmente 1.315.460 km² en 17 estados brasileños, avanzando por tramos de la Argentina y Paraguay.

El bioma tiene alta variabilidad climática intrazonal e interanual y periódicamente sufre sequías intensas.

Su clima es cálido en el verano, pudiendo llegar la temperaturas de 35 °C, y frío en el invierno, registrándose marcas negativas varias veces todos los años, con heladas fuertes y hasta precipitación (rara) de nieve.

Imagen de satélite mostrando la deforestación en una región del Mato Grosso , el estado brasileño que sufre las pérdidas recientes más graves.
Tala del palo-brasil con la ayuda de indios en el siglo XVI .
Colonos italianos en el Río Grande del Sur a finales del siglo XIX transportando troncos de araucaria. Al fondo, el bosque ya devastado
Mapa de la deforestación en Brasil, de 2002 a 2008. Fontes: Prodes (INPE) y Monitorización por Biomas (IBAMA). Obs: La monitorización no cubre las áreas de vegetación de Cerrado y Campinarama localizadas en el Bioma Amazónico. [ 34 ]
Manifestantes protestando en la Esplanada de los Ministerios en Brasilia contra la aprobación del Nuevo Código Forestal. Foto de Wilson Días/Agencia Brasil
Deforestación en Río de Janeiro para explotación de la arcilla subterránea.
Humo de quemas a lo largo del río Xingu .
Líderes de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), entidad que representa nacionalmente a los pueblos indígenas brasileños , son recibidas por el Ministro de la Justicia, José Eduardo Cardozo, y otros oficiales del gobierno en 2012. Los indios protestan contra a Portaría 303 , publicada por presión de la bancada ruralista, que permite la explotación de tierras indígenas sin consulta a los ocupantes.
Soja brasileña para exportación.
Indios Assurini. Ellos usan adornos típicos de las culturas nativas, confeccionados con materiales obtenidos de animales y plantas de las florestas, muchas de las cuales ya están amenazadas.
Temperaturas en la década de 1880 y 1980, comparadas a la media en el periodo entre 1951 y 1980. El interior de Brasil no tiene muchos datos disponibles del siglo XIX , generando más incertidumbre, pero en las áreas cubiertas por mediciones las diferencias climáticas son bien visibles.
Madera de deforestación irregular
La educación ambiental es considerada un factor clave para asegurar un futuro sostenible, dada mientras más pronto, mejor. En la foto, escolares del nivel primario siendo instruidos en el Jardín Botánico de Porto Alegre .
Voluntario de Greenpeace en la campaña Desmatamento Cero , durante la Marcha Gaúcha Por el Clima de 2015.
Desmatamento en Rondônia.
Retirada ilegal de madera de la reserva indígena en el Mato Grosso.
Quemada en área del cerrado en el parque nacional de Brasilia.
Tucán de pico negro es un ave típica de la mata atlántica.
La Caatinga en la Chapada Diamantina , Bahía.
Tramo de pampa en el Paso del Verde , mostrando señales de degradación del suelo .
Ganado en el pantanal. La crianza de ganado es la mayor amenaza a este bioma.