Los opositores a la declaración, liderados por Siria, presentaron un documento alternativo en el que advirtieron que la declaración podría conducir a "la normalización social y, posiblemente, la legitimación, de muchos actos deplorables incluida la pedofilia".
Si bien el texto propuesto sobre "orientación sexual" finalmente se eliminó del texto, fue la primera vez que los gobiernos adoptaron una postura pública y explícita a favor o en contra de la inclusión y el reconocimiento de la orientación sexual como parte del derecho de las mujeres a controlar su sexualidad.
Sin embargo, en los debates que siguieron, la Comisión votó para posponer las discusiones sobre la resolución hasta 2004.
La campaña fue apoyada por diversas personalidades: premios nobel, académicos, religiosos o famosos.
[5] Al expresar su apoyo a la declaración Rama Yade preguntó: "¿Cómo podemos tolerar el hecho de que algunas personas sean apedreadas, ahorcadas, decapitadas y torturadas sólo por su orientación sexual?
Además de a IDAHO, rindo homenaje al esfuerzo y contribución de Amnistía Internacional, ARC Internacional, Center for Women's Global Leadership, COC Nederland, Global Rights, Human Rights Watch, International Committee for IDAHO, Comisión Internacional Gay y Lesbiana de Derechos Humanos (IGLHRC), ILGA, International Service for Human Rights, Pan Africa ILGA y Public Services International."
[7][8] Entre los primeros en posicionarse en contra de la declaración se encontró la Santa Sede, que en diciembre de 2008 defendió mediante unas controvertidas afirmaciones, que si la declaración era ampliamente aceptada se podría forzar a otros países a reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, Celestino Migliore, argumentó que: “Los Estados que no reconozcan la unión entre personas del mismo sexo serán sometidos a presiones”.
Una declaración política de ese tipo crearía nuevas e implacables discriminaciones".
Aunque la Santa Sede no ha apoyado la despenalización de la homosexualidad Magliore afirma que: “La Santa Sede sigue abogando para que todo signo de discriminación injusta hacia las personas homosexuales se eviten e insta a los Estados para acabar con las sanciones penales contra ellos".
Además el portavoz sirio leyó una declaración opuesta a la despenalización de la homosexualidad firmada por 54 países.
Urgimos a los Estados a asegurar que se investiguen las violaciones de derechos humanos basados en la orientación sexual o la identidad de género y que los responsables enfrenten las consecuencias ante la justicia.