En el año 1900 fue elegido diputado por Cochabamba iniciando así una larga carrera política donde su figura se destacó siempre por sobre sus adversarios.
Aquejado por una estenosis al píloro sufrió de terribles dolores abdominales durante toda su vida lo que le obligó a una dieta rigurosa.
Prefería la soledad, el estudio encerrado en su escritorio con una frazada cubriéndole los pies y un infaltable cigarrillo en la mano junto con una fuerte taza de café.
No obstante mantuvo la "penetración" pacífica boliviana en medio de la crisis mundial solicitando préstamos patrióticos a los empresarios del estaño.
Uno de los motivos de la guerra se dio con la toma y destrucción, por parte del ejército boliviano, del fortín paraguayo Carlos A. López ubicado sobre la laguna Pitiantuta, acción que se realizó sin su conocimiento ni aprobación.
Al día siguiente, en Puesto Merino cerca de Villamontes, se produjo el primer encuentro entre los comandantes de los ejércitos boliviano y paraguayo: el general Enrique Peñaranda y el general José Félix Estigarribia.