Los procávidos (Procaviidae), conocidos vulgarmente como damanes, son una familia de mamíferos afroterios del orden Hyracoidea.
Aunque los damanes guardan cierto parecido externo con roedores como el conejo de Indias y/o una marmota, en realidad son ungulados primitivos.
Se calcula que el mayor híbrido extinto conocido, Titanohyrax ultimus'], pesaba 600-1300 kilogramos (1322,8-2866,0 lb), comparable a un rinoceronte.
Suelen vivir en grupos y se comunican con sus congéneres mediante diversos gritos.
Las especies arbóreas son nocturnas y viven en grupos más pequeños que suelen refugiarse en los huecos de los árboles durante el día.
Se trata de pequeños herbívoros que ocupan un nicho ecológico y biotopo semejante al de los conejos y son los más parecidos a los pequeños ungulados primitivos de la Era Terciaria del que evolucionó el orden Paenungulata; plantígrados, con cuatro dedos delante y tres en los miembros posteriores, poseen pezuñas y una uña en el dedo interno empleado para rascarse; sus molares son lofodontos (cúspides unidas en crestas); con ciegos en el intestino; son macrosmáticos; útero doble y testículos que permanecen junto a los riñones, como en los elefantes.
Los damanes, como los elefantes, tienen uñas planas, en vez de garras como en muchos otros mamíferos.
[13], las más pequeñas tenían el tamaño de un ratón, pero otras eran mucho mayores que sus parientes actuales.
No obstante, el orden se mantuvo extendido y diverso hasta finales del Plioceno (hace unos dos millones de años), con representantes en la mayor parte de África, Europa y Asia.
Algunos se hicieron más pequeños y evolucionaron hasta convertirse en la familia moderna de los procávidos.
Recientes clasificaciones morfológicas y moleculares revelan que los sirenios son los parientes vivos más cercanos de los elefantes.