El barco en el que era sobrecargo es abordado por un buque alemán en el Pacífico, al comienzo de la Gran Guerra.
Cuando he aquí que al despertar una mañana, se encuentra tirado en una cenagosa extensión de fango negro, cerca del bote embarrancado.
Al día siguiente, con un hatillo, marcha en busca del mar desaparecido y de un posible rescate.
Llegado al montículo, que resulta ser una elevada montaña, asciende hasta su cima.
En su superficie halla inscripciones y relieves, siendo las primeras una escritura jeroglífica compuesta por símbolos que representan a diversos animales marinos, algunos desconocidos.
Con frenética rapidez, huye hasta llegar al bote embarrancado, donde se refugia en estado de shock.
Tiempo después se interesa por la vieja leyenda filistea de Dagón, el dios-pez, pero la encuentra demasiado convencional.