Asimismo, la custodia del territorio no limita sus usos, sino que fomenta la gestión adecuada de los recursos naturales, culturales o sociales que ofrece el territorio, ya que pretende hacer posible su rendimiento económico, siempre teniendo en cuenta la responsabilidad y uso sostenible de los recursos a largo plazo.
[2] Existen acuerdos que establecen un pago por parte de la entidad de custodia a favor del propietario del bien custodiado, en los llamados pagos por servicios ambientales.
Originariamente, se plantea como una filosofía para que las personas (propietarios, gestores, usuarios, administradores...) cuiden la tierra y gestionen los recursos naturales, culturales o sociales adecuadamente.
Son las responsables de apoyar y asesorar a los propietarios para conservar los valores naturales, culturales y paisajísticos de su finca mediante las técnicas que proporciona la custodia del territorio.
Los acuerdos para la cesión de la gestión tendrán una duración limitada de acuerdo con sus características, y no darán lugar a renovación automática, no conllevando, una vez extinguida, ningún tipo de ventaja para el anterior cesionario ni para personas vinculadas a él.