En la década de 1660 se consolida como villa, y en 1666 ya es catalogado como un pueblo mixto, por la existencia de españoles e indios, siendo las primeras familias españolas los Álvarez, Oyarzún, Cárcamo, Uribe, Téllez y Vélez, siendo esta última la que dio nombre al pueblo.[2] En 1787, el Padrón levantado por el gobernador Francisco Hurtado reconoce a Curaco como un pueblo con una población de 1.216 habitantes, de los cuales el 85% eran españoles y el 15% indígena.En 1901 Curaco comienza a estructurarse como pueblo con iglesia, plaza y calles planificadas, contando hasta 1971 con una de las iglesias patrimoniales más importantes de Chiloé.[2] En ese momento se encontraba en marcha el proceso para declararla monumento nacional, pero el decreto que le daba esa categoría se publicó tiempo después del incendio.[12] Su economía se basa en la agricultura: siembra de papas, huertas unifamiliares, trigo, los cultivos acuícolas como el pelillo, ostras, choritos, abulones, y la ganadería ovina y bovina.