Cultura de la provincia de León

Estas mañas pueden realizarse sirviéndose de brazos o de piernas; los brazos sujetan, «sacan», tiran o empujan, pero no golpean ni se sueltan las manos del agarre.

[1]​ La vestimenta consiste en un simple pantalón corto y camiseta de hilo o algodón.

[1]​ Históricamente, entre los antiguos pueblos hispanos la lucha era una práctica común entre los habitantes del noroeste peninsular,[3]​ y durante la Edad Media la lucha se incluía como parte de la educación de los caballeros.

[10]​ Por otra parte, el carácter agrario de la sociedad leonesa también marcó sus fiestas, que siguen los hitos anuales del calendario astronómico: solsticios, equinoccios, plenilunios y novilunios.

[18]​ A finales de enero —antiguamente se celebraba en Navidad— tiene lugar en La Cuesta una mascarada de invierno, los Campaneiros, tradición recuperada por la asociación cultural Trimuella en la que distintos personajes recorren las calles del pueblo.

[22]​ Los cultos animistas de los agricultores primitivos, que según Caro Baroja eran origen del carnaval primigenio, se manifiestan a través de guirrios, zafarrones, jurrus, maranfallos y otros personajes, que entran en escena durante las fechas del tradicional antruejo.

Junto a ellos conviven carnavales contemporáneos, de disfraces, desfiles y charangas.

[24]​ En Carrizo de la Ribera celebran el Sábado Frisolero, donde el protagonismo lo acaparan los guirrios, que se enfrentan a toros y hostigan al público asistente; otros personajes son la gomia y la tarara.

[25]​ En Llamas de la Ribera las celebraciones tienen lugar el domingo de Carnaval; madamas (vestidas con la indumentaria tradicional riberana) y guirrios confluyen en la plaza, donde se baila y se hostiga al público.

[26]​ En Sardonedo, el martes de Carnaval, el toro demuestra su fijación por el guirrio, que aquí se llama torero.

[27]​ En Alija del Infantado, el domingo los jurrus se adueñan de la villa, y el martes los birrias les hacen frente, liberan a la población y queman en la hoguera al cabecilla de los jurrus.

[29]​ En Burbia, el domingo de Carnaval algunos vecinos se transforman en maranfallos, vestidos con andrajos, y recorren las calles arrojando ceniza.

[33]​ Ampliamente arraigada por toda la provincia, y de la cual forman parte costumbres como «matar judíos» o jugar a las chapas, la celebración de la Semana Santa tiene su punto neurálgico en la capital provincial.

La «quema del Judas», que se conserva en lugares como Modino o Vidanes, supone un símbolo de ese renacer.

Por último, durante todo el otoño tienen lugar distintos festejos patronales entre los que destaca Santa Bárbara, celebrada en la mayoría de cuencas mineras.

[59]​[60]​ En los embutidos y carnes curadas están el Botillo del Bierzo,[61]​ la Cecina de León,[62]​ ambos con Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.

[70]​ Entre los platos cocinados destacan la sopa de trucha, pez muy común en los ríos de la provincia, la morcilla y el característico cocido maragato, compuesto de nueve carnes diferentes, garbanzos, verdura, sopa y postre y cuya principal peculiaridad es que se come al revés, empezando por las carnes para terminar con la sopa.

[76]​ Hay autores que sostienen que el hablado en la provincia surgió evolucionando de una hibridación del gallego, asturiano, leonés y castellano,[77]​ dialecto conocido como dialecto berciano, con caracteres propios diferenciados y con variaciones dialectales locales según la zona.

Sus orígenes parecen remontarse a la época precristiana, en la que tenía un carácter votivo, siendo, por tanto, un símbolo pagano asimilado por la Iglesia desde la Edad Media.

Con la despoblación del ámbito rural acaecida durante el siglo XX, la tradición estuvo cerca de perderse, ayudado por el empuje de otras tradiciones como el citado árbol, pero en los últimos años vive un renacer, especialmente en la capital provincial.

Dicha reunión se solía hacer alrededor del hogar, con los participantes sentados en escaños o bancadas.

En las últimas décadas esta tradición se ha recuperado, principalmente en León, gracias a la labor de narradores, cuentacuentos o músicos, siendo por ejemplo el tema central de la película El Filandón, de 1984,[87]​ en la cual varios escritores (Luis Mateo Díez, Pedro Trapiello, Antonio Pereira, José María Merino y Julio Llamazares) relatan distintas historias, siendo todos ellos, junto con el también escritor Juan Pedro Aparicio, responsables de la popularidad literaria y del renacimiento del filandón.

Corro de lucha leonesa en La Mata de Curueño
Antruejo de Velilla de la Reina
Detalle de los guirrios de Llamas de la Ribera
Un momento del desfile de carnaval de La Bañeza
Acto del Desenclavo, a cargo de la Cofradía de la Santa Vera Cruz y Confalón , el Viernes Santo en Astorga
A lo largo de la primavera se celebran distintas romerías rogativas por toda la provincia. En la imagen, los pendones que acompañan a la Virgen del Castro camino de su santuario en Castrotierra de la Valduerna
El desfile de pendones es uno de los actos más llamativos de las fiestas de San Froilán en la capital provincial.
Plato de cecina
Vista de un ramo leonés a la entrada de un establecimiento comercial.
Filandón , cuadro de 1872 obra de Luis Álvarez Catalá .