El cine danés conoció un temprano desarrollo, dando lugar a uno de los mayores directores del panorama europeo, como es Carl Theodor Dreyer (1889-1968).
En total, cuatro daneses han ganado el Premio Nobel de Física: Niels Bohr (1885-1962) lo ganó en 1922; su hijo Aage Bohr (1922-2009), en 1975; y en ese mismo año, también Ben Roy Mottelson, nacido en 1926.
Por su parte, August Krogh (1874-1949) recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1920.
En la actualidad, el país alberga siete lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El artista Frederik Christian Lund, que había viajado por toda Dinamarca como soldado durante la Primera Guerra de Schleswig, se interesó por hacer bosquejos de gentes del pueblo, vestidas con sus trajes típicos.
[12] Juleaften, la palabra danesa para Nochebuena) comienza hacia las seis de la tarde, con una cena tradicional (Julemiddag).
Es costumbre danesa colocar una muñeca encima de la hoguera, que representa a una bruja.
Desde entonces, Dinamarca se ha encaramado al primer puesto de la lista en tres ocasiones: en 2012, en 2013 y en 2016.
[14] Las diferencias sociales están menos marcadas en Dinamarca que en muchos otros países.
Además ha sido pionera y referente en la aplicación de estas políticas antidiscriminatorias.
Todos los partidos daneses defienden la igualdad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.
En Dinamarca existen gran cantidad de servicios y negocios orientados a la comunidad gay, sobre todo en la capital, Copenhague, donde cada marzo se lleva a cabo la manifestación del Día del Orgullo Gay que atrae turistas homosexuales de todo el mundo.
A esa edad la función de los padres consiste en aconsejarlos y apoyarlos.
La gran independencia y responsabilidad de los jóvenes tal vez es la razón por la cual muchos los consideran como maduros en su mentalidad.
Las 5000 coronas danesas, equivalentes a 675 euros al mes, son suficientes para mantenerse en Dinamarca sin un trabajo.
Copenhague es una ciudad especialmente adaptada a los ciclistas, Cada día 1.3 millones de kilómetros se recorren en bicicleta en la ciudad,[15] y el 36% de sus ciudadanos acudía en bicicleta a sus puestos de trabajo o a las escuelas, institutos y universidades,[16] una cifra que el gobierno municipal se proponía aumentar gradualmente hasta alcanzar el 50%.
La política cultural danesa se caracteriza por descentralizar los fondos, programas e instituciones.
Entre 1970 y 1980, el ministerio reconoció que los movimientos de protesta y las manifestaciones callejeras eran también actividades culturales ya que los cambios sociales se veían como una meta importante en la política cultural danesa.
El gobierno actual se muestra mucho más moderado ante este tipo de calificación.
Las contribuciones gubernamentales a la cultura se han incrementado de forma considerable en los últimos años, pero el actual gobierno, decidido a reducir el gasto público, piensa estabilizar las inversiones futuras.
Los gobiernos municipales y provinciales asumen una parte importante del coste de las actividades culturales en sus respectivos distritos.