La presencia de personajes LGBT o tramas relacionadas con la diversidad sexual en el cine ecuatoriano fue considerada polémica hasta principios del siglo XXI.
[1][6] Cuando me toque a mí (2006), de Víctor Arregui, incluye un personaje secundario LGBT notorio por no reproducir estereotipos.
[17] El largometraje pionero en la representación positiva del deseo homoerótico en Ecuador fue Feriado, dirigido por Diego Araujo y estrenado por 2014, aunque no mostró la consumación de la relación entre los protagonistas.
[18][19] El cine lésbico en Ecuador tuvo como su precursor al filme El secreto de Magdalena (2015), del director Josué Miranda, cuya trama sigue a una mujer llamada Magdalena que, tras una pelea con su novio, conoce a una mujer lesbiana llamada Miranda por la que se siente atraída.
[27] La literatura LGBT en Ecuador tuvo su exponente más antiguo en 1926, año en que el escritor lojano Pablo Palacio publicó el cuento «Un hombre muerto a puntapiés», considerado como la primera obra literaria ecuatoriana en tratar abiertamente el tema de la homosexualidad.
Unos ańos más tarde, en 1930, el guayaquileño Joaquín Gallegos Lara publicó el cuento «Al subir el aguaje», que se convirtió a su vez en la primera obra ecuatoriana en retratar la homosexualidad femenina.
[33][37] A finales del siglo XX aparece la figura de Raúl Vallejo, quien se convirtió en el escritor que más extensamente exploró la diversidad sexual en la narrativa ecuatoriana hasta ese momento,[32] particularmente en el libro Fiesta de solitarios, que incluyó relatos LGBT que abordaron temas como el amor entre hombres y mujeres transgénero, la violencia homofóbica y la prostitución masculina.
[32] El nuevo milenio trajo consigo una marcada evolución en cuanto a representación de la diversidad sexual en la literatura ecuatoriana.
[46] La poesía homoerótica ecuatoriana tiene entre sus más tempranos representantes a autores como David Ledesma Vásquez, Ileana Espinel[47] y Francisco Granizo.
Otros poetas ecuatorianos que han escrito desde la disidencia sexual en décadas posteriores son: Maritza Cino, Carolina Portaluppi, Roy Sigüenza[47] y María Auxiliadora Balladares.
[55] Con el cambio del siglo XX al XXI, aparecieron las primeras personas abiertamente LGBT en la televisión ecuatoriana.
Óscar Ugarte,[56] periodista que trabajó como presentador en la década de 1990,[57] fue una de las primeras personas públicas en salir del armario,[56] mientras que la actriz transgénero Rudy Arana inició su carrera televisiva en el programa dramático Archivos del destino.
[69] En aquella época, algunas fiestas privadas contaban con presentaciones de transformismo en que personas se vestían e imitaban a artistas reconocidas como Madonna, Cher y Rocío Dúrcal.
[75] Este año marcó en general un auge en Quito del arte drag, que empezó a interpretarse en otras discotecas LGBT locales, como Matrioshka.
[79][80] En Guayaquil, el establecimiento pionero en espectáculos de transformismo fue la discoteca LGBT Vulcano, que empezó a presentarlos con gran acogida durante los primeros años del siglo XXI y en donde actuaba uno de los propietarios del establecimiento, el brasileño Wagner Basilio.
[70] Otras artistas despuntaron en el extranjero durante esta época, como la quiteña Shirley Stonyrock, quien migró a España en 2017 y granjeó fama en el ambiente transformista local.
Adicionalmente, existe un colectivo artístico drag llamado Haus of Locas, que realiza presentaciones permanentes en distintos establecimientos de la ciudad.