Cuenca neuquina

Durante todo el Jurásico y hasta el Cretácico Inferior o Temprano dicha cuenca constituyó una destacada zona de sedimentación al formarse un engolfamiento del Proto-Pacífico, el cual cubría con sus aguas lo que hoy es el centro-oeste y sudoeste argentino.

Estos sedimentos, depositados durante buena parte del Jurásico Temprano y Medio y que en ocasiones llegan a alcanzar potencias máximas aflorantes de alrededor de 500 metros estratigráficos,[3]​ fueron atribuidos a acumulaciones en ambientes deltaicos alterados por descargas hiperpícnicas y en parte reelaborados por corrientes de marea y/u oleaje.

Al elevarse moderadamente el arco magmático de los Proto-Andes durante el Jurásico, la cuenca recibió sedimentos marinos por las aguas del Pacífico (Engolfamiento Neuquino).

En ella se acumula materiales volcánicos y volcanoclásticos asignados al Grupo Precuyo.

Entre la herpetofauna marina, abundaban plesiosaurios, tortugas, cocodrilos metriorrínquidos y especialmente grandes ictiosaurios, los cuales representaban las cimas de las redes tróficas ya que tenían el rol de ser grandes predadores, entre los cuales resalta Dakosaurus andiniensis.

Entre los abundantisimos invertebrados marinos destacan moluscos cefalópodos del grupo de los amonites, como Argentiniceras noduliferum, Spiticeras damesi, Neocomites wichmanni, Olcostephanus, Pseudofavrella angulatiformis y Karakaschiceras attenuatus.

Un poco más modernos, destacan los colosales saurópodos Argentinosaurus huinculensisy Futalognkosaurus dukei, y los más modestos Rinconsaurus caudamirus, Pitekumsaurus macayai, Petrobrasaurus puestohernandezi, Narambuenatitan palomoi, Muyelensaurus pecheni, Overosaurus paradasorum, Bonitasaura salgadoi y Neuquensaurus australis.

También sorprenden los terópodos Buitreraptor gonzalezorum, Mapusaurus roseae, Aucasaurus garridoi, Viavenator exxoni, Unenlagia paynemili, Megaraptor namunhaiquii, Alnashetri cerropoliciensis y Murusraptor barrosaensis.

Dakosaurus andiniensis (a la derecha) y Caypullisaurus bonapartei (a la izquierda), dos reptiles marinos que habitaron el golfo neuquino que dio origen a esta cuenca sedimentaria.