Siendo sensible a heladas, se siembra durante el verano en la latitudes de Buenos Aires y Montevideo casi todo el año en forma escalonada en el norte del ambos países, la planta da zapallitos todo a lo largo del verano que son cosechados entre 9 y 13 días después de la floración, cuando alcanzan cierto tamaño "comercial" en que la cáscara todavía está blanda y comestible, las semillas no están endurecidas y se puede consumir cocido.
[2] La descripción de Millán, autor del nombre (1947[1]), dice: "Hay un "tipo general" con una gran variación.
Las hojas pueden ser de diverso tamaño y son verdes o "marmoreadas".
Si bien es una característica común en los zapallitos, es un carácter sin valor comercial, por lo que es seleccionado negativamente por los horticultores.
Los frutos amargos que ocasionalmente se venden como variedad cultivada y se cree provienen del zapallito amargo, se describen así por la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica): "Además de su sabor amargo, son pequeños, redondos y de cáscara dura.
Al cortarlos, presentan una gran cantidad de semillas y muy escasa pulpa.
Su cocción no elimina el riesgo de gastroenteritis debido a su efecto irritativo".
[11] A juzgar por advertencias como la del mercado de la foto, no siempre el amargor del zapallito cultivado se expresa junto con otros caracteres que lo hagan tan parecido al silvestre como para notarlo y descartarlo.
Al cultivar zapallito el parental que provee el polen para que se desarrolle el fruto[cita 3], no afecta el sabor del zapallito cosechado, ya que su pulpa y tegumentos de las semillas provienen genéticamente de la madre, y el padre sólo será expresado en plantas y frutos de la generación siguiente (Contardi 1939[cita 4]).
(2003[17]): "No obstante su corto ciclo de producción, tiene gran importancia económica anticipar su entrada al mercado para obtener mejores precios."
Dice Raffo (1997[15] p. 38): "Demasiado nitrógeno combinado con buena humedad y temperatura hace que las flores masculinas sean mayoritarias y por consiguiente tenemos plantas muy bien desarrolladas pero con pocas flores femeninas, con una mala producción de frutos.
"En líneas generales se aconseja como abono de base fosfato diamónico (18-46-0) o 15-15-6-4-.
En conclusión si bien las siembras densas no aumentan significativamente el rendimiento, elimina por lo menos las pérdidas debidas a fallas individuales en el cultivo."
"Se cosechan los frutos de tamaño chico y mediano, los demasiado grandes desmerecen el precio del producto en el mercado.
Alrededor de 1780 ya era una variedad tradicional cultivada por los criollos en Argentina, y fue la época en que fue llevado a Francia, donde se cultivó "por muchos años" y para 1904 parecía haber desaparecido[cita 10] A Estados Unidos llegó en 1880 pero desapareció rápidamente del comercio de semillas, las semillas cultivadas por el completo trabajo de Tapley et al.
[cita 11] En 1947 no se conocía en Bolivia ni en Perú, sí en Chile con el nombre de Hoyito y en Salta como Tronquero.
[cita 13] Millán (1947[1]) nombra por primera vez la variedad como se la conoce hoy en día y ofrece una descripción con fotografías.
[cita 14] En Millán (1947[1]) p. 334. se describe por primera vez bajo ese nombre: Cucurbita maxima Duch.