[3] Se considera que el 6% de la población ha emigrado fuera del departamento —principalmente a Flores Petén, Chisec, Fray Bartolomé de las Casas, Santa Catarina La Tinta, y Playa Grande Ixcán—, en busca de tierra, mejores cultivos y trabajo, el 3% lo ha hecho a diferentes municipios del departamento en busca de trabajos y negocios; y el 10% ha emigrado a Estados Unidos.
Posee varios sitios arqueológicos: Belejeb' Tzaq, Chilu, El Tablón, Los Cimientos, Moxpán, Nim Poqom, Plan de Tierra Negra y Pueblo Viejo.
[8] El concejo municipal se integra con el alcalde, los síndicos y concejales, electos directamente por sufragio universal y secreto para un período de cuatro años, pudiendo ser reelectos.
Los alcaldes auxiliares son elegidos por las comunidades de acuerdo a sus principios, valores, procedimientos y tradiciones, estos se reúnen con el alcalde municipal el primer domingo de cada mes.
Estando allí, en agradecimiento por la protección recibida durante el viaje, levantó un altar e hizo una ceremonia, el mismo día que las mujeres embarazadas dieron a luz a sus hijos; por esa razón, los aj K’ub’ul y comunidades aledañas hasta hoy día, consideran a la montaña B’elejtz’aq como una montaña sagrada.
Se dirigieron hacia el sur sobre la serranía, a un lugar que le dieron por nombre Chi Ilb’al Saq («lugar donde se mira la claridad»), al oeste de Xib’alb’a y al suroeste de la moderna Villa de Cubulco.
Sin embargo, allí tampoco le pareció conveniente vivir, debido a que Chi Ilb’al Saq se encuentra en una colina, era el paso del viento frío de la montaña y, sobre todo, era un lugar vulnerable para cualquier ataque enemigo.
[b] No encontrando las tierras que llenara sus expectativas, el jefe de los aj K’ub’ul regresó al noreste de la región; buscaba tierras fértiles para la siembra del maíz, frijol y ayote, y con un clima agradable, templado, pues no quería un clima tan cálido como en Kawinal, pero tampoco tan frío como en Chi Ilb’al Saq que enfermó a los miembros de su familia.
Temía que ellos buscaran refuerzos de los otros grupos étnicos para hacer un gran ejército y luego atacarlo.
Aunque estos vigilantes estaban relativamente cerca de los aj K’ub’ul, no entablaron comunicación con ellos, sino que estuvieron alertas por si los Poqomchi’ regresaban a recuperar sus tierras.
Estos vigilantes Tujalj son conocidos hoy como los je Rab’in (Rabinalenses).
Todo esto se detecta a través de la tradición oral, que ambas comunidades que pertenecían al K’iche’ se separaron en diferente tiempo y con diferentes propósito.
En el transcurso del tiempo, las nuevas generaciones comenzaron a intercambiar mercancías entre ambas comunidades, que hasta el día de hoy se observan tanto a los je Rab’in como a los aj K’ub’ul que sostienen comunicación con fines comerciales, también por ser la vía de salida hacia el oriente y la capital, los aj K’ub’ul tienen el paso obligado por Rabinal.
Sin embargo, aunque existe esta relación comercial cada quien ha guardado, su idioma, traje, tradiciones y costumbres que las hace ser únicas en su género.
[11] Las Casas, junto con otros frailes como Pedro de Angulo y Rodrigo de Ladrada, buscó a cuatro indios cristianos y les enseñó cánticos cristianos donde se explicaban cuestiones básicas del Evangelio.
[cita requerida] Los llamados «trajes típicos» de Guatemala son prendas características que utilizan los pobladores de determinadas regiones o poblados; estos fueron impuestos a los indígenas conquistados por los encomederos, curas reductores y frailes doctrineros luego de la Conquista en el siglo xvi; la finalidad de estos atuendos era identificar fácilmente a que región pertenecían los indígenas y evitar migraciones descontroladas y potenciales revueltas.
Se puede mencionar en especial, el güipil ceremonial, elaborado de un tejido de algodón natural, cultivado y preparado hasta formar hilos, que presentan franjas laterales brocadas con dibujos geométricos, en los que predomina el color rojo, que hace un bello contraste con el tono crudo del algodón.
Pero actualmente el güipil está perdiendo su origen en cuanto a los colores de cada figura del bordado porque ya solo aparece con uno o dos colores nada más todo el bordado y depende del color de la tela que originalmente no es así y además ya existe unos güipiles elaborados por una máquina que no diseña bien las figuras antiguas.
Sin embargo últimamente se ha estado utilizando una diversidad de estilos y colores de cortes, combinados con franjas jaspeadas anchas y angostas tales como de hilo, seda, lana y alta seda jaspeados en ambos sentidos; éstos generalmente son elaborados en Totonicapán y Quetzaltenango, en pequeños talleres artesanales utilizando telares de cuatro arneses, como también los que son elaborados por las personas Sakapultekos sacan una diversidad de estilos que es totalmente distinto al corte original.