Cuarto bajo del Rey

En el piso inmediatamente inferior se adaptaban unas piezas para formar las que serían conocidas como bóvedas del Rey y que formarían parte del conjunto.

Precisamente en 1633, en medio de estas reformas, Vicente Carducho declaraba lo siguiente en su obra Diálogos de la pintura:[4]​Vi las bouedas, q se han reedificado debaxo de los planos de los patios, que tienen vistas al Cierzo, comodidad que se ha hallado para las personas Reales los Veranos, y estan aderezadas con muchas Pinturas.

Admiròme la fabrica, por estar compuesta de aposentos baxos, y oscuros, que estauan inhabitables, y agora es una agradable, y mui acomodada habitació (tanta fuerça tiene el poder, y el Arte) con que há escusado los Reyes el salir de la Corte los Veranos.De esta forma Felipe IV pudo quedarse en Madrid, en vez de pasar los veranos en Monasterio del Escorial como acostumbraba.

[5]​ El cuarto bajo sería descrito en los inventarios del Alcázar de realizados en los años 1636, 1666, 1686 y 1701.

Hacia 1658 Agostino Mitelli y Angelo Michele Colonna decoraron las bóvedas de dos de las estancias con sendos frescos representando la Noche y la Aurora.

Vista de la fachada norte del cuarto bajo de verano, detalle de un dibujo mostrando la cara norte del Alcázar (1666)