Cuarta guerra sagrada

Filipo había sitiado, sin éxito las ciudades de Perinto y Bizancio en 340 a. C., sin que Atenas reaccionase, pero cuando en el mismo año, la flota comercial de 230 naves cargadas con grano, fue capturada en el Bósforo, la Asamblea ateniense declaró la guerra.

Durante el invierno de 339 a. C. hubo mucha actividad diplomática por ambos bandos y pocos hechos bélicos.

Los macedonios consiguieron atraer a locrios, focenses y etolios, mientras que los peloponesios se mantuvieron neutrales.

En 338 a. C., Filipo atacó, ocupando Anfisa y Naupacto, ofreciendo la paz, que por dos veces fue rechazada.

Finalmente, tuvo lugar la decisiva batalla de Queronea, que resultó una gran victoria para Macedonia.