Cruzada Evangélica es un instituto secular católico femenino de derecho pontificio, fundado por el sacerdote español Doroteo Hernández Vera, en Santander, en 1937.La razón por la cual el obispo no había consentido en primer lugar de seculares que hicieran votos, era porque los institutos seculares no tenían una forma jurídica en la Iglesia, hasta que el papa Pío XII, se las dio con la constitución apostólica, Provida Mater Ecclesia, en 1947.[2] Las cruzadas se dedican a la evangelización en el ambiente secular, sobre todo de las clases obreras.No son religiosas, pues conservan el estado secular aunque profesen sus votos de obediencia, castidad y pobreza.En Santander conoció al sacerdote Doroteo Hernández Vera y se unió a la Cruzada evangélica.