fue una poetisa española del Siglo de Oro.
Tras enviudar por segunda vez regresó a Antequera con una de sus hijas.
De su abundante obra sólo han subsistido quince poemas.
Cultivó temas religiosos y místicos, pero también los profanos, ganando numerosos premios en justas y certámenes poéticos con sonetos, quintillas y comedias en verso, lo que le valió las críticas airadas de Francisco de Quevedo y de Luis de Góngora.
En 1615 escribió su poema más famoso para celebrar la beatificación de Santa Teresa de Jesús, premiada en unas justas poéticas en Córdoba en 1616.