[2][3] Las primeras manifestaciones del cristianismo llegan a Islandia con la colonización de la isla durante los siglos IX y X.Algunos colonos eran originarios de las islas británicas y se convirtieron al cristianismo tras entrar en contacto con los irlandeses.El primero fue un islandés que regresó a su país después de un viaje al extranjero, Thorvaldur Kodransson.[1] Tras el fracaso de Thorvaldur Kodransson y del obispo Fridrek, Olaf envió como misionero a Stefnir Þórgilsson, quien destruyó representaciones y santuarios sagrados, lo que lo llevó a ser tan impopular que fue declarado forajido.Su misión evangelizadora, que se desarrolló entre 997 y 999, dejó varios muertos pero a la vez tuvo poco éxito.Las dos religiones rivales dividieron entonces el país y su sociedad estuvo cerca de la guerra civil.[4] Ambas partes aceptaron al logsogumadur del Alþing, Þorgeir Ljósvetningagoði, un sacerdote pagano.Esta conversión fue rápida, sobre todo si se la compara con los decenios de disenso que hubo en Noruega durante la implantación el cristianismo.