En un sentido amplio, se puede entender por tales a todas las leyes eclesiásticas; pero en un sentido más estricto y teológico se consideran mandamientos de la Iglesia «aquellos preceptos eclesiásticos que obligan a todos los fieles cristianos y que fueron dictados para mejor guardar los divinos».
Oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar.
Confesar los pecados mortales al menos una vez cada año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.
Comulgar al menos por Pascua de Resurrección.
Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Iglesia.