Cristóbal García del Castillo

En 1478, la reina doña Isabel la Católica decide intervenir directamente en la conquista y posterior colonización de las Afortunadas.

Hasta esta última llegaron varios capitanes que pronto se convirtieron en pobladores del lugar: Pedro de Santiesteban, Ordoño Bermúdez, Los Hermanos Palencia o Palenzuela, Bartolomé de Zorita o Zúrita y los propios Hernán y Cristóbal García del Castillo.

En los primeros repartos de datas de tierras y aguas, sucedidos en los dos años posteriores a la Conquista, la Corona premió largamente a todos aquellos que habían contribuido a la derrota definitiva del pueblo aborigen y, fue entonces, cuando los García del Castillo vieron recompensados todos sus esfuerzos personales y crematísticos.

Su liderazgo, incontestable por el resto, es ejercido en las principales acciones llevadas a cabo por la nueva sociedad grancanaria, no sólo en Telde, lugar donde radican sus propiedades, sino también a nivel insular y no pocas veces extrainsular.

De este matrimonio tuvo los hijos Juan Inglés, Teresa Martín, Marina González, Leonor Martín, Isabel, Francisco García y el licenciado Hernán García del Castillo.

Si en un principio levantaron hasta tres Ingenios, con sus casas de esclavos y demás construcciones para dicha industria, pronto se convirtieron en los principales productores del llamado Oro Blanco.

Cristóbal García del Castillo, ahora convertido en productor agrícola y también en industrial del azúcar, no descuida el comercio que tanto le había beneficiado en el pasado, así consta en numerosos documentos como se agencia varias naves, que fondeadas en los puertos naturales de Melenara y Gando, como ya hemos dicho anteriormente, bahías de la costa teldense, parten cada temporada a los principales puertos peninsulares: Moguer, Palos, Sevilla y Cádiz, cargados de azúcar.