Dirigidos por su koshovyi otamán Ósip Gladki, algunos de los cosacos eligieron pasar a Rusia, donde fueron amnistiados por Nicolás I en 1828.El zar formó una Hueste especial de Zaporizhia con ellos, que tomó parte activamente en la guerra.En 1830, Gladki visitó el Kubán, pero rechazó la idea de la emigración a la región, por ser muy larga para una hueste tan pequeña, que además no aceptaría someterse a las autoridades de los cosacos del Mar Negro.El zar, ante la negativa, les permitió quedarse en Novorósiya en caso de que encontraran un terreno deshabitado adecuado para asentarse.Por tanto, en 1832 Gladki trasladó a su hueste, compuesta por 2 336 cosacos (incluidas 637 mujeres), a Priazovie, con lo que se formó oficialmente la hueste de cosacos de Azov, con Gladki como nakazny atamán.El primero, compuesto por 147 cosacos y siete starshinás, patrullaba desde Anapa al fuerte de Navaginsk en el actual Sochi.La hueste fue condecorada con la distinción máxima a una unidad militar rusa, la Bandera de San Jorge, cuya inscripción decía: "Por la valentía excepcional y el excelente servicio durante la guerra contra los franceses, ingleses y turcos en 1853-1858"[3] Tras la guerra, Gladki, que tenía el rango de coronel general, se retiró a Aleksándrovsk (actual Zaporizhia) en 1866.Para poblar las ahora vacías montañas, Yevdokímov sugirió al zar Alejandro II trasladar allí a los cosacos del Azov, que se habían quedado sin función militar, al encargarse de la vigilancia en las costas del mar Negro la Armada Imperial Rusa.[4] Participaron en la fase final de la guerra del Cáucaso que finalizaría dos años más tarde, en 1864.En el futuro se integrarían en la hueste del Kubán y compartieron su historia a partir de entonces.
Los cosacos de Azov eran responsables de la defensa de la vasta costa de
Circasia