[1] La calle tiene un origen muy antiguo: en la época romana era la arteria que conducía hacia el noreste.
[2] Alessandro Manzoni, en Los novios, basándose en los hechos históricos en los que se inspira el poema, coloca en la Corsia dei Servi el forno delle Grucce (en milanés, el Prestin di Scansc), asaltado por el pueblo en una revuelta.
Tras las obras, la calle recibió el nombre de Corso Francesco, en honor al emperador y rey de Lombardía-Venecia Francisco y, tras la unificación italiana, se convirtió en el Corso Vittorio Emanuele II, nombre que se mantuvo también durante la república.
[2] Los edificios, en gran parte bombardeados, fueron reconstruidos y en muchos casos modificados íntegramente, obteniendo además una doble fila de pórticos.
El antiguo nombre fue recuperado posteriormente para indicar las actividades culturales católicas realizadas en el convento de los Siervos.