Corrupción en Georgia

En 2010, Transparencia Internacional (TI) dijo que Georgia era "el mejor destructor de la corrupción en el mundo".

[5]​ En enero de 2012, el Banco Mundial calificó a Georgia como un "éxito único" del mundo en la lucha contra la corrupción.

Philippe Le Houérou dijo que "la experiencia de Georgia muestra que el círculo vicioso de la corrupción endémica puede romperse y, con reformas apropiadas y decisivas, puede convertirse en un círculo virtuoso".

[6]​ Es "el único estado post-soviético en el la última década que ha logrado un gran avance" en la lucha contra la corrupción, de acuerdo con Política Exterior.

Por ejemplo, ha surgido un 'sistema clientelista' donde el liderazgo del país asigna recursos para generar la lealtad y el apoyo que necesita para mantenerse en el poder.

[7]​[8]​ Recientemente, en 2003, según el Banco Mundial, la corrupción era parte cotidiana de la vida georgiana, y los ciudadanos denunciaban el soborno como un hecho habitual.

[6]​ Eso cambió con la Revolución de las Rosas en 2003, que derrocó al presidente Shevardnadze, y que se considera ampliamente una reacción a la corrupción y la mala gobernanza bajo el mandato de Shevardnadze.

[9]​ Además, las licencias en ciertos sectores se han otorgado en condiciones menos que competitivas y transparentes.

[10]​ Los funcionarios tributarios, sin embargo, están sujetos a un grado de interferencia ejecutiva.

Se dijo que casi todos los burócratas y funcionarios abusaron de su poder para beneficio personal.

[9]​ En 2011, dos empresarios de Israel, Ron Fuchs y Ze'ev Frenkiel, fueron encarcelados por ofrecer un soborno al Primer Ministro, pero fueron perdonados ese mismo año, supuestamente por razones humanitarias.

De hecho, las nuevas reglas se utilizaron en gran medida para intimidar a la oposición.

Transparencia Internacional ha declarado que si bien el soborno es de hecho raro en el poder judicial georgiano, los jueces son ampliamente vistos por el pueblo como corruptos.

[9]​ En 2008, el 52% de las empresas le dijo al Banco Mundial que se habían visto obligados a competir con compañías no registradas por contratos gubernamentales.

[10]​ La reforma económica y la lucha contra la corrupción se colocaron en la agenda política principal del gobierno georgiano dirigido por el expresidente Mijeíl Saakashvili.

Desde 2004, Georgia había hecho enormes progresos en la represión de la corrupción y la reinstauración del buen gobierno.

Tanto la OCDE como el Banco Mundial elogiaron el éxito único de Georgia en la lucha contra la corrupción.

[3]​[4]​ El Banco Mundial, por ejemplo, atribuyó el éxito de Georgia en la lucha contra la corrupción a los siguientes factores: “ejercer una fuerte voluntad política; establecer credibilidad temprana; lanzar un asalto frontal; atraer nuevo personal; limitar el papel del estado; adoptando métodos no convencionales; coordinando estrechamente; adaptar la experiencia internacional a las condiciones locales; tecnología de aprovechamiento; usando las comunicaciones estratégicamente".

[2]​ El nuevo personal del gobierno, joven y en gran parte educado en Occidente, recibe un salario lo suficientemente alto como para disuadir la tentación de la corrupción.

[9]​ La efectividad del Ministerio de Justicia se considera cuestionable debido a los recursos limitados.