Corpo-seco

El Corpo-seco es una figura del folclore brasileño, representando el alma condenada de un hombre malvado que, tras la muerte, fue rechazado por el cielo, el infierno y la tierra misma.

[1]​[2]​ Según la leyenda, la figura del Corpo-seco corresponde a un individuo que, a lo largo de su existencia, ejerció violencia física de manera reiterada contra su progenitora.

Como consecuencia de este acto de extrema transgresión moral, su destino post mortem fue la condena absoluta: su alma fue rechazada tanto por el plano celestial como por el inframundo, e incluso el propio suelo se negó a darle sepultura, expulsando su cuerpo de la tierra.

En estos últimos casos, la transmisión del relato ha sido atribuida a veteranos brasileños que participaron en la misión de paz UNAVEM III (United Nations Angola Verification Mission III).

La persistencia del mito se refleja en expresiones idiomáticas de uso común, destacándose el proverbio: «Aquele que bate na mãe fica com a mão seca» (El que golpea a la madre se queda con la mano seca), que advierte sobre la retribución sobrenatural a quienes incurren en violencia filial.