Kowalska afirmó que recibió la oración a través de visiones y conversaciones con Jesús, quien hizo promesas específicas para quien hiciera estas oraciones.
Santa Faustina escribió en su diario unas promesas de Jesús en relación con la «coronilla».
Jesús le dijo que a quien la rezase, la misericordia le protegería en la vida y se le otorgaría inmensas gracias; y que fuera recomendada como última tabla de salvación: Por la Señal de la Santa Cruz... Expiraste, Jesús; pero la fuente de vida brotó para las almas, y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero.
¡Oh, fuente de vida, insondable misericordia divina!, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.
Luego, se dice tres veces: ¡Oh, sangre y agua que brotaste del Sagrado Corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en Ti confío!
Director: Después, se repite 10 veces, una por cada cuenta pequeña:Director: Todos: Al final se repite tres veces.Director: Todos: Esta decena es una parte de las cinco.
Se rezan las otras cuatro decenas, de igual forma que la primera, hasta completar las 5 oraciones o frases.
D./ Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad.
D./ Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico.
D./ Misericordia Divina, de donde brotan toda Vida y Felicidad.
D./ Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado.
D./ Misericordia Divina, que manó de la herida abierta en el Corazón del Señor Jesucristo.
D./ Misericordia Divina, presente en el Santo Sacramento del Bautismo.
D./ Misericordia Divina, que nos acompañas a lo largo de toda la vida.
D./ Misericordia Divina, que nos abraza especialmente en la hora de la muerte.
D./ Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra Vida.
D./ Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y gozo.
D./ Misericordia Divina, que abarca todas las obras de tus manos.
D./ Misericordia Divina, que presides toda la obra de Dios.
D./ Misericordia Divina, remanso de corazones y paz ante el temor.
D./ Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas.
¡Oh, Dios eterno!, en quien la Misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable; vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa, y aumenta Tu Misericordia hacia nosotros y en nosotros, para que en momentos difíciles, no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza en Ti, nos sometamos a Tu Santa Voluntad, que es el Amor y la Misericordia mismos.
Oh, Supremo atributo de Dios Todopoderoso, Tú eres la dulce esperanza del pecador.
[1] Jesús comunicó unas jaculatorias relacionadas con la coronilla a santa Faustina para que fuesen pronunciadas frecuentemente: