Coro pétreo del Maestro Mateo

El coro tenía una estructura rectangular y ocupaba los cuatro primeros tramos de la nave mayor a partir del crucero.

Las piezas del coro románico derribado fueron aprovechadas en otras obras, tanto en la misma catedral como en ubicaciones más alejadas.

Ya existió un coro, mandado levantar por el obispo Gelmírez en la basílica prerrománica de Alfonso III, del que solo se conoce su existencia pero no sus características.

A él se le atribuyen, como mínimo, cinco de las esculturas que coronaban la cara exterior: Jeremías, Abdías, Miqueas, Nahúm y Hageo.

La destrucción del coro no llegaría hasta que fue nombrado arzobispo Juan de Sanclemente quien, según Antonio López Ferreiro, «tenía gran empeño en que se cerrase la puerta trasera del coro para poner en su lugar la silla pontifical».

En 1594 se acordó alargar el coro en su parte posterior con más sitiales, que fueron encargados a Gregorio Español y Diego Solís.

Yzquierdo Perrin y Otero Túñez inventariaron en 1990 las siguientes figuras del coro, dispersas en diferentes localizaciones:

Otras piezas fueron usadas en diferentes partes en la catedral (muros, pavimentaciones) pero el resto de los elementos sufrió peor suerte.

Con las piezas que retiró al desmontar el coro, Ginés Martínez hizo la base del nuevo coro de madera (acabado en 1606) y, dos años después, aprovechó otras para rellenar las escalinatas de acceso a la fachada del Obradoiro, cuya construcción también le fue encomendada.

Fueron colocadas allí por Antonio López Ferreiro en 1884, aunque en esa fecha se desconocía que su origen era el coro del maestro Mateo.

En 1971, con motivo de otra exposición celebrada en Nueva York dedicada al arte en el año 1200 (The Year 1200), Chamoso Lamas y Pita Andrade presentaron otra propuesta que modificaba parcialmente la anterior y que ahora comprendía la reconstrucción de dos sitiales.

Al levantar el pavimento se comprobó que algunas de las piedras de la escalinata tenían, en su cara oculta, arcos, columnas, castillos y diversas figuras que se correspondían, estructural y temáticamente, con los restos conocidos del viejo coro pétreo.

Todas la piezas originales que se emplearon para esta reconstrucción pertenecen al Museo de la Catedral.

Fue una de las condiciones del convenio firmado entre el Cabildo, la Fundación Barrié y los autores.

Durante la reconstrucción del coro se tuvo especial cuidado en asegurar una intervención mínima y cuidadosa de las piezas originales.

La reconstrucción de las piezas incompletas se hizo sobre moldes de escayola que permitían mantener seguros, sin desplazamientos ni manipulaciones, los fragmentos originales y reproducir las partes que faltaban en diferentes talleres.

En la cara externa del trascoro (occidental) se disponían tres figuras a cada lado de la puerta, representando diversos personajes bíblicos.

Para reconstruir la iconografía del coro, Yzquierdo y Tuñez tuvieron que recurrir a diseños particulares, como la presencia o ausencia de gorros o capuchas, las descripciones del Nuevo y Viejo Testamento, etc.

Las sillas inferiores formaban un simple banco corrido con una decoración labrada semejante a los asientos de la superior, aunque sin respaldo ni techo.

Las sillas de la fila superior estaban mucho más elaboradas (y son las que ahora se ven en la reconstrucción) y estaban reservadas para los miembros de mayor dignidad en el cabildo.

Es posible, aunque no se puede confirmar, que cada asiento contase con un respaldo formado por una losa semicircular.

Los doseles estaban formados por un arco trilobulado sobre el que se levanta un torreón.

Solo en un caso hay representación humana: un hombre luchando con una sirena a la que agarra por el pescuezo.

En el centro del trascoro se abría la puerta de acceso al coro.

Sobre la puerta y de frente al exterior existía un tímpano que representaba la Epifanía, hoy desaparecido.

Reconstrucción del coro románico en piedra del maestro Mateo, en el Museo de la Catedral de Santiago.
Puerta Santa, con 24 esculturas procedentes del antiguo coro románico.
San Judas Tadeo en el interior de la Puerta Santa.
El profeta Ezequiel en el interior de la Puerta Santa.
Jamba izquierda.
Jamba derecha.
Niños cantores en la fachada de Platerias.
Baldaquino del sepulcro de María Magdalena, en Zamora.
Lado exterior del coro. La figura decapitada de la izquierda también forma parte del mismo.
Detalle de los plafones situados sobre los sitiales del coro.
Detalle de un dosel. Obsérvese el diferente tratamiento de las partes reconstruidas y de las originales.