Atis enloqueció por causa de Cibeles y se castró a sí mismo.
[2] Sus sacerdotes eran eunucos, tal como se explica en el origen del mito en referencia a Atis y la castración.
La historia de su origen en Agdistis, registrada por el viajero Pausanias, posee ciertos elementos que claramente no son griegos: a Pausanias se le dice que el demon Agdistis inicialmente tenía atributos tanto masculinos como femeninos.
Pero los dioses del Olimpo, temerosos de Agdistis, le cortan su órgano masculino y lo arrojan, creciendo en el sitio donde cayó, un almendro.
A su debido tiempo nació su hijo Atis, al que abandonó en las faldas de la montaña.
Cuando Atis creció, su belleza con cabellos largos era divina, y Agdistis transformado en Cibeles se enamoró de él.
Pero los padres adoptivos de Atis lo enviaron a Pesinunte, donde debía contraer matrimonio con la hija del rey.