Fueron creadas por la escritora mexicana Caridad Bravo Adams y publicadas en 1957 después de haber sido adaptadas al cine.
Francisco, sin embargo, ha dejado una carta con sus intenciones dirigida a su amigo y abogado el licenciado Noel Mancera.
Quince años después, Juan ya es un hombre que vive entre los marineros y los piratas del puerto, ganándose una dudosa reputación por sus negocios sucios de contrabando, por ganar sus peleas, por ser amable y justo con sus hombres, que le recompensan con una lealtad sin límite.
Por otra parte, Mónica y Aimeé son las dos adorables jóvenes condesas hijas del fallecido Conde de Altamira.
Cuando Catalina se entera del rechazo hacia su hija Mónica, queda consternada, sabiendo que eso puede significar la ruina de su familia.
Cae enferma, pero tras recuperarse, decide entrar en el convento local y tomar los hábitos.
Su mentor, el Licenciado Mancera, le ofrece darle su apellido cuando descubre que Juan tiene inclinaciones por una señorita, desconociendo que la señorita de la cual Juan está enamorado es la condesa Aimeé de Altamira.
Mientras tanto, Mónica ya había abandonado el convento y se encontraba con su familia en Campo Real.
Como Mónica ya no va a ser monja, Andrés quiere reparar su ofensa casándola con su amigo, el ambicioso Alberto de la Serna.
El licenciado don Noel Mancera le ha hablado de la nobleza y la generosidad de Juan, cosa que ha llegado a vislumbrar por sí misma en el comportamiento que Juan tiene hacia ella y hacia los campesinos, así que le propone a su madre casarse con Juan en vez de casarse con Alberto.
Entre tanto, Aimée hace todo por seducir a Juan y separarlo de Mónica.
Juan y Mónica, a pesar de haberse casado por otros intereses, se enamoran, pero el camino no se les hará fácil hasta llegar al "y vivieron felices por siempre".
Azucena quien vive en la casa como huésped, también está celosa de Mónica y muestra a Juan el retrato.
Mónica no dice nada y Juan parte a un viaje de negocios.
A su regreso Juan es detenido en su casa junto con el Tuerto y Don Noel, quien es liberado poco después.
Cuando Juan reaparece en misa delante de todo el pueblo, Andrés le reta a un duelo y cuando éste se produce, Andrés está tan borracho que falla dos veces, pero Juan le perdona la vida hiriéndole en una mano y más que nunca en el orgullo.
Entretanto, Andrés se ha enterado de que Aimée fue la amante de Juan y solo la mantiene en la casa porque espera un hijo, pero Aimée sufre un aborto; para ocultarlo decide salir a caballo y fingir una caída.
Bautista, para vengar a sus amos esconde una piedra bajo la silla del caballo; mientras Aimée galopa se encuentra con Mónica quien viene de hablar con Juan sobre el barco.
El caballo se encabrita, Mónica cree que por su culpa, y Aimée cae sobre unas rocas.
Por otra parte, Juan debe entregarse hasta que se aclaren todos sus asuntos con la justicia.
Por eso Juan se cuela por la noche en casa de Andrés hasta el cuarto donde Mónica duerme con su prima, dispuesto a obligarla a escucharle aunque ella le suplica que se vaya.
Por otra parte, como Doña Sofía no quiere que su hijo se case con Mónica, pues culpa a su prima Catalina y a sus hijas de todas sus desgracias, conspira para que Mónica regrese con Juan.
Cuando Bautista es apaleado y registrado por los mercenarios de Alberto el sobre no aparece, lo que disgusta mucho a Sofía.
Ella no lo cuenta, pues teme que esta vez Juan mate a Andrés.
Juan sigue insistiendo en que Mónica aún le quiere como él a ella y la visita por las noches en su cuarto.
Desesperado, la busca sin descanso durante dos días entre los heridos y los muertos, hasta que finalmente aparece en casa de Tehua.
Cuando sabe que Juan está en su casa, Andrés se presenta allí para aclarar que nunca llegó a abusar de Mónica, le pide perdón por todo y se despide de su hermano.
FIN Ha habido cinco producciones mexicanas basadas en el libro, dos películas y tres telenovelas, una de las cuales fue rodada en Puerto Rico.
En octubre del 2009 se estrenó una nueva versión a cargo de Salvador Mejía, titulada con su nombre original, sus protagonistas son Aracely Arámbula y Eduardo Yáñez, la cual fue rodada en el puerto de Alvarado, Veracruz.
Cabe mencionar que esta adaptación ha manejado tecnología nunca antes utilizada en una telenovela mexicana, incluyendo una réplica a escala natural de un velero para usarlo en un set con pantalla verde.