Coparticipación federal de impuestos

En la práctica esto acarrea una doble imposición, ya que tanto la Nación como las provincias pueden gravar la misma actividad.

En Argentina, cuyo régimen tributario estaba centrado en los impuestos al comercio exterior, el erario público nacional empezó a quedarse sin recursos.

[6]​ En ese momento, la distribución primaria establecía que la Nación se quedaba con 82,5% de los recursos y las provincias con el 17,5%.

En 1954, la Nación contaba con el 68,8%, porcentaje que se vio reducido por la nueva ley de coparticipación, al 54% en 1958.

En 1963, luego de otra reforma, se fijó el 58% para Nación y el 36% para provincias, quedando el 6% restante para Capital Federal.

El porcentaje otorgado a los gobiernos provinciales siguió incrementándose hasta 1966, año en que llegó al 46%.

En 1970, debido a la difícil situación financiera el gobierno nacional implementó una ayuda extra para los estados provinciales.

Surgieron así los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN), que consisten en una bolsa que gestiona el Ministerio del Interior para destinar recursos discrecionalmente ante situaciones imprevistas.

En 1973 se planteó la necesidad de ofrecer un tratamiento diferencial para cada provincia, especialmente para aquellas con menos recursos.

Por otra parte también se establece que los fondos deben ser girados por la Nación en forma automática.

Al respecto, en la página web del Ministerio de Economía de la Nación, puede constatarse tal remisión diariamente discriminado por día, mes, año e impuesto.

Ante esta situación, La Rioja promovió un reclamo que derivó en la creación del Fondo de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), con el fin de compensar sus urgencias financieras.