Convento de la Preciosísima Sangre de Cristo (Alicante)

Fue una invitación del Consejo de la ciudad lo que trajo, en los comienzos del siglo XVII, a la Compañía de Jesús a establecerse en Alicante, y un jesuita alicantino, el padre Teófilo Berenguer, en 1613 facilitó su venida con su propia herencia familiar.

Fondearon el día 21 en la ensenada de Babel (ver polígono Babel) llamada también «Puerto Grillo» y al día siguiente, domingo, tras exigir rescate a la ciudad y obtener la negativa de sus autoridades con el gobernador Jaime Borrás a la cabeza, comenzaron los bombardeos por la tarde del sábado 22.

El mediodía del lunes 23 de nuevo d'Estrées volvió a proponer el chantaje y ante la negativa por la tarde retomó el bombardeo hasta la tarde del martes 24 de julio.

Hubo tregua hasta el 28 al anochecer en que volvieron a bombardear la ciudad, eran ya más de 4.000 bombas sobre la ciudad y poco quedaba ya de ella.

La muerte del rey Carlos II de España marcó el comienzo del siglo XVIII pues, sin heredero directo al trono, se inició una guerra europea con repercusiones mundiales, la guerra de sucesión española.

Tras capitular, los protestantes mataron, quemaron, destrozaron y saquearon a diestra y siniestra, incluido el dinero ahorrado por los Jesuitas para la construcción del nuevo colegio que iba a albergar también enseñanza secundaria.

Hasta 1709, no fueron expulsados los británicos por un ejército combinado por tropas españolas y francesas a las órdenes del mariscal Claude François Bidal d'Asfeld.

Tras los festejos se dio comienzo[4]​ a la construcción del edificio colegial, en cuyo diseño ornamental intervino Juan Bautista Borja –manteniendo la misma elegancia que le había proporcionado a la puerta trasera del ayuntamiento de Alicante[5]​-, con el acuerdo de poner el blasón real tanto en la puerta de acceso al colegio sobre el dintel del pórtico flanqueado por pilastras planas con pedestal y rocalla rococó, como en el altar mayor del templo.

Las obras comenzaron en 1725 con sillares provenientes de la cantera de «San Julián» en la Sierra Grossa que trabajaba Fco Mingot, avanzaba rápido y en 1732 habían ejecutado casi la mitad del edificio, esto es la fachada oeste por fuera, totalmente plana y con amplias ventanas enmarcadas por molduras curvilíneas y cerradas por rejas, y la arquería interior del claustro del pabellón completo más la mitad de la fachada sur lo que suponía casi medio claustro pero a falta de levantar los pisos altos de los pabellones este, que únicamente albergó el templo, y un tercio del pabellón norte que habrían cerrado el claustro.

Más de 4.000 bombas fueron arrojadas y, al igual que la ciudad, el humilde convento de las monjas agustinas quedó en muy malas condiciones pues se hallaba ubicado en zona expuesta.

Pasaban a ser vecinas del monasterio que los agustinos, quienes se encontraban establecidos al otro lado de la calle de San Agustín, a la que habían dado nombre medio siglo antes.

También se añadió un enrejado al acceso a la iglesia desde el interior del colegio, convirtiendo el ancho pasillo en una habitación para acomodo de las monjas y que pudieran oír misa y cantar.

El siglo XIX fue convulso para España, y Alicante seguía siendo un puerto clave en el Mediterráneo.

Dentro de ese marco histórico se produjo la 2ª batalla de Valencia por el mariscal Suchet y como tropa de apoyo desde tierras extremeñas el mariscal Auguste Marmont envió tres divisiones con el general Louis-Pierre Montbrun al mando hacia allí pero éste se desvió del camino, dirección hacia Alicante.

Allí fueron acogidas por las monjas agustinas de la Sangre en su recién estrenado convento.

En su desacuerdo con las autoridades municipales dejó nombrada una junta rebelde a la que nadie reconoció.

[16]​ En su salida del puerto los buques de Antonio Gálvez se cruzaron con el ''SMS Friedrich Carl'' (1867) que inicialmente venía a Alicante para interesarse por sus nacionales y que se lanzó en su persecución.

[17]​ El edificio del convento resistió pues había sido proyectado como fortaleza por los jesuitas.

A comienzos del siglo XXI, habiendo culminado ya la transición española y con la Constitución de 1978 en vigor, la fundación La Luz de las Imágenes, perteneciente a la Generalidad Valenciana, programó y restauró durante el año 2005 varios edificios históricos.

Escudo de Armas de Felipe V